Nosotros somos...

Un grupo de jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, mayores de 18 años, que habiendo recorrido diferentes etapas formativas, nos sentimos llamados a hacer una experiencia de entrega personal más comprometida, de servicio gratuito entre los niños y jóvenes mas pobres.


14 noviembre, 2007

Nos escribe Lorena, desde tierra Angolana...

Gente querida,
Ya pasaron casi cuatro meses desde mi última carta. Los días transcurren rápido. Poco a poco me siento más dentro de esta tierra, y pareciera que estoy aquí desde más tiempo. De esta forma, un poquito más "enraizada", cada alegría y logro se transforman en una verdadera felicidad, pero cada tristeza y pérdida en un dolor más profundo.

Algunas de mis vivencias e impresiones…

Mi tercer salida en misión al "mato". Fue conmovedor reencontrarme con la gente de Kangoa, ya retornada a sus territorios y reorganizada en sus labrados. En los cantos, celebraciones, miradas y sonrisas se manifestaban el gozo mutuo de haber alcanzado una condición de vida más digna. También pude conocer otras aldeas, más lejanas, más aisladas, todavía más puras...

La pérdida de Francisco. Un salesiano chaqueño muy joven, con quien tuve la oportunidad de compartir breves y preciosos momentos. Un corazón gigante y admirable. Infaltable disponibilidad para llevarme de un lado al otro de la ciudad cada vez que fui a Luanda. Mates, charlas… Muy, muy triste.

Viajar a Italia. Sinceramente fue un choque grande. Pasar del "tercer" al "primer" mundo en pocas horas y sin anestesia… desde la provincia donde no existe el agua potable, a la ciudad de los miles bebederos y fuentes que derraman agua constantemente… del pueblo donde pocos poseen luz, al sitio donde todas las necesidades parecieran satisfechas… de una común-unidad donde frecuentemente se escucha "necesitamos-ofrecemos-ayudamos-construimos", a una urbanidad donde me fue difícil percibir un "nosotros". Claro que fue un paseo muy lindo, hermoso. Un regalo volver a ver a amigos voluntarios como Gianni y Fabiana. Una sorpresa que nunca imaginé poder conocer el país de mi papá y mis abuelos. Un privilegio especial y emocionante pisar la tierra de Don Bosco.

La tarea en el Centro y los puestos de salud es mucha, se incrementa, y a veces avasalla, pero paso a paso también vamos consolidando. Las necesidades desafían igual o bastante más que el primer día, y también aumenta el compromiso y las manos comprometidas.
Creía que quizá alguna vez me tocaría estar enferma, experimentando el "otro lado" que toco diariamente en cada consulta. Gracias a Dios mi salud estuvo siempre fuerte. Aunque hace unas semanas, por una medicación de profilaxis, tengo mucha fatiga y un malestar intenso. Esta vez la impotencia la vivo desde mi cuerpo, y si bien en un principio me costó aceptarla, creo que es bueno reconocer mis límites.

Los viejitos de Sangondo. Un grupo bastante numeroso de abuelos, en su mayoría excluidos de sus familias por ser acusados de hechiceros, son acogidos en unas casitas muy que precarias de la parroquia. Allí viven refugiados, luchando contra el abandono y la enfermedad. Poder disponer algunas tardes para estar entre ellos, disfrutando de su simpleza y ternura, me hace feliz.

Como decía, el tiempo fortalece los lazos y amistades, así las alegrías y tristezas se tornan más profundas… ¿Cómo se acompaña a una amiga en el sufrimiento que le provoca la poligamia? ¿Cómo se le informa que el resultado de su análisis es HIV positivo? ¿Cómo se le dice que probablemente su bebé también esté infectado? No lo sé... Sé que mucho o casi todo de lo que hago en el rol que me toca vivir hoy aquí, no estoy preparada. Simultáneamente hay una certeza que cada vez es más grande: creo plenamente en el Dios de la VIDA, quiero cuidar la vida, y ayudar especialmente a cuidar la vida de aquellos que tienen menos oportunidades de hacerlo.


Con el cariño de siempre, hasta muy pronto!
un abrazo grande y entrañable,Lore.


-- "Con el tiempo hemos comprendido que la vocación personal es una experiencia cíclica, que tiene etapas de evolución y de involución; hemos comprendido que los sueños son un ardiente reclamo, que nos impulsa, una y otra vez, a adecuar el rumbo de nuestra vida, hasta dar con las coordenadas exactas de nuestra vitalidad existencial; hasta dar con el lugar preciso donde es posible seguir soñando nuestros sueños".

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